¿Y si dejáramos de ser turistas y nos convirtiéramos cada vez más en viajeros?
Viajeros ligeros de equipaje y grandes ganas no tanto de ver sino de sentir, sentir.
Queremos descubrirle con unos breves apuntes el maravilloso mundo de la licorería en diversos países en los que tal vez algún día recale. Un mundo que en cada país asienta sus raíces en costumbres centenarias y aún milenarias, un mundo que surge de la tierra cultivada, del sol, la lluvia, de tradiciones a veces olvidadas, y que dice de las gentes que lo beben tanto o más que sus ruinas o castillos.